Natureduca - Portal educativo de ciencia y cultura |
Geografía
FÍSICA
Hidrografía: Mares y océanos - 2ª parte
Océano Pacífico (continuación)
Corriente del Japón o de Kuro-Shivo
a Corriente del Japón o de Kuro-Shivo, es una corriente cálida, estrecha y rápida (de hasta 3,5 nudos) que fluye hacia el Noroeste a todo lo largo de la costa oriental japonesa. Sus dimensiones son unos 80 km. por casi medio km. de profundidad. La fuerza de esta corriente varía según las estaciones; su máximo apogeo tiene lugar entre mayo y agosto. Las masas de agua que la integran vistas de cerca tienen colores de variados tonos verde-azulados, sin embargo observadas a distancia en comparación con las aguas circundantes tienen apariencia más oscura, por ese motivo los japoneses la denominan Kuro-Shivo o corriente negra. En esta zona surgen fuertes tormentas tropicales con gran frecuencia, de hecho estadísticamente ostenta el índice más alto de todo el mundo, con una mayor incidencia entre los meses de julio y octubre; por este motivo a la corriente de Kuro-Shivo también se le llama corriente o camino de los tifones.
Corriente del Perú o de Humboldt
La Corriente del Perú, también llamada Corriente de Humboldt, es una corriente oceánica fría que fluye hacia el Norte a lo largo de la costa occidental de Sudamérica. La referencia a Humboldt es debida a que fue descubierta por el famoso explorador y naturalista alemán Alexander von Humboldt en el año 1800. Este naturalista, tras medir la temperatura de las aguas en la zona oriental del Pacífico frente a las costas de Callao, comprobó que se encontraba entre 5 y 10º C., muy inferior a la que debería tener para esas latitudes tan cercanas al ecuador. El motivo de las bajas temperaturas de esta corriente son los vientos alisios que soplan paralelos de Este a Oeste frente a Perú, Chile y Ecuador, que desplazan las capas de agua caliente de la superficie permitiendo que afloren las aguas frías más profundas.
Corriente de El Niño
La corriente de Humboldt es ocasionalmente reemplazada por otra corriente llamada de El Niño, y cuando surge es siempre en el mes de diciembre, alrededor de la Navidad, de ahí que se le llame así, en referencia al Niño Jesús. Consiste en una corriente cálida (al contrario que la de Humboldt, que es fría), producto de la desaparición de los vientos alisios del Este o incluso de su inversión de sentido. Cuando la corriente de Humboldt no consigue aflorar a la superficie, los vientos del norte llevan aguas calientes hacia el sur. El Niño es como una extensión de la corriente ecuatorial, que provoca un ascenso de las temperaturas superficiales.
La aparición de la corriente de El Niño supone una catástrofe que se desarrolla en cadena. La génesis del proceso se encuentra en las sustancias que contiene el agua fría, como los fosfatos y nitratos de los fondos marinos. De éstos depende la productividad de fitoplancton (organismos vegetales que forman parte del plancton) de los cuales se alimentan y se reproducen con gran rapidez. A su vez, el zooplancton (organismos animales que forman parte del plancton) se nutre del fitoplancton. Finalmente, gran variedad de peces se alimentan del zooplancton, que serán a su vez presas de muchas aves marinas y frutos para la industria pesquera. Desde una perspectiva económica, cuando El Niño se hace presente se manifiesta una disminución considerable de la producción pesquera, al disminuir igualmente el plancton que se desarrolla habitualmente en las corrientes frías.
Aunque el término El Niño se comenzó a utilizar para designar a la citada corriente cálida oceánica, hoy en día también se aplica a un fenómeno atmosférico muy intenso y persistente que se ubica a lo largo de la costa occidental del Ecuador y Perú, consistente en la aparición excepcional de condiciones cálidas que dan lugar a una serie de alteraciones climáticas de magnitudes variables. El efecto de El Niño, aunque de ámbito zonal, puede tener sin embargo consecuencias globales, pudiendo afectar al clima terrestre a todo lo largo de un año, o incluso más. El Niño tiene un periodo de aparición, que no suele ser menor de siete años ni mayor de catorce; a este espacio de tiempo se le denomina periodo de recurrencia.